¿Te ha pasado que te reúnes con una persona y, de pronto, te sientes agotado? ¿Quizás te ha sucedido que ingresas en un lugar y te empieza a doler la cabeza o sientes una pesadez y te da ganas de salir corriendo? ¿Has tenido una relación con alguien que se pega a ti como sanguijuela o garrapata y que te drena energía o te cambia el ánimo dejándote sin ganas de nada? ¿A qué se debe estos repentinos cambios de energía o ánimo? Definitivamente, podemos sentir los diversos tipos de energía en un ambiente y, asimismo, podemos reconocer el impacto energético que una persona tiene sobre nosotros. No siempre es evidente para muchos pero sí lo sentimos. Conocer un poco más sobre algunos casos puede ayudar a prevenir un desgaste de energía innecesaria.
Existen muchas maneras en que nos nutrimos de la energía de los demás. Algunas maneras son saludables y naturales y otras son tóxicas y nocivas. En el intercambio natural nos sentimos con energía cuando damos y cuando recibimos. Pero, también existen intercambios de energía que son tóxicos y desgastantes. En la meditación que hicimos ayer se pudo notar, claramente, que el tipo de intercambio de energía saludable y natural sucede, generalmente, entre padres e hijos cuando los padres son, relativamente, saludables psicológicamente y entregan su energía como amor, guía y protección. También puede darse entre amistades en momentos de necesidad, entre profesores y alumnos y en relaciones en las que uno está más fuerte que el otro y brinda energía a través de ayuda o apoyo sin ataduras o expectativas emocionales. El intercambio de energía saludable fortalece nuestro campo aúrico y, cuando nos juntamos con seres que resuenan con nosotros el campo aúrico de las dos partes se fortalece.
El intercambio tóxico de energía sucede cuando una persona, por el motivo que sea, se enchufa a otra y se nutre de esa energía para sentirse mejor. El término “vampirismo energético” se acuñó a este acto porque funciona tal cual el nombre que le dieron. Es decir, una persona que está sin energía suele chupar la energía de otra para fortalecerse y deja al otro agotado aunque, a veces, el otro no se de cuenta porque tiene una gran reserva de energía o porque está cegado por el afecto. Frases como: “estoy cero energía desde que no la veo porque ella es la fuente de mi energía y de mi alegría” reflejan, definitivamente, el vampirismo energético. Si bien al estar todos conectados, intercambiamos energía de varias maneras, la mayoría es natural y no nos afecta negativamente. Sin embargo, este vampirismo energético es muy tóxico y nos puede desgastar hasta la enfermedad. Existen varios niveles de vampirismo que he podido notar y experimentar. El primero es ligero, agota con el tiempo y su nivel de toxicidad es bajo. Esto sucede, por ejemplo, cuando hay una persona cerca tuyo, sea amiga o alguien relativamente cercano, que vive su vida a través de tus experiencias. Esta es una persona muy insegura que siente que su vida no tiene mucho valor y que, para sentirse viva o despierta, busca alegrarse o nutrirse de las experiencias de personas cercanas. En este caso el desgaste de energía se presenta con el tiempo y cuando la persona que ofrece las experiencias se cansa del «aparente interés» que la otra persona tiene. Es la manera tóxica más inofensiva de absorber energía de otra persona, por eso, el desgaste se da con el tiempo.
El segundo nivel es mucho más tóxico y, generalmente, sucede en relaciones íntimas en las que una persona se enchufa a la otra y permanece conectada esté cerca o lejos. Mientras más cerca mayor es el desgaste de energía. Aún así, al permanecer conectados a la distancia, se puede seguir consumiendo energía. La presencia del «vampiro» se hace presente a través de los sueños o con visitas del cuerpo astral (cuando se tiene la sensación de que la presencia de la persona está junto a uno). Este es un caso más complicado puesto que, sin hay afecto de por medio, es muy difícil reconocer el vampirismo ya que “el amor” lo tapa todo. Esta manera de cargarse de energía por medio de otra persona refleja un vacío total de sí misma que busca amor en otro para compensar la falta de amor que se tiene a sí misma. Generalmente, esta persona es casi totalmente inconsciente de lo que está haciendo. Sin embargo, las consecuencias no son saludables para la otra persona pues a la larga terminará enfermándose. Este tipo de personas “vampirezcas” suelen ser muy manipuladoras, tienen el síndrome de la víctima, son controladoras y no tienen, mayormente, intención de encontrarse a sí mismas puesto que les resulta más fácil llenarse de otros. Les resulta más fácil depender de otro que mirarse internamente. Los motivos pueden ser muchos pero, principalmente, se debe a experiencias de negación de su propio valor como individuo desde la infancia, pero también puede suceder a una persona adulta que, por un shock muy fuerte, tuvo un desprendimiento del alma y su cuerpo se ha cerrado. Las personas con tendencia a la salvación de otros pueden caer, fácilmente, en las redes de estas personas. Estos vampiros suelen buscar personas más fuertes que ellos para engancharse porque así se cercioran de una oferta de energía duradera. Manejan una fuerza disfrazada de debilidad que, por medio de la pena, agarran a su presa y la mantienen enganchada a través de su dilema de vida en que se encuentran perdidos de si mismos pero con el deseo aparente de ser autosuficientes. Su capacidad de manipulación es extraordinaria. Suelen mentir engañándose a sí mismos, todo por comodidad. No es la única manera en que funciona este tipo de relaciones en este nivel. También estas relaciones suelen usarse como tabla de salvación. La una es la tabla y la otra la salvación. Se necesitan mutuamente para que su vida tenga un sentido. La actitud de uno es: » necesito ser salvado», y la actitud del otro es: «yo te puedo salvar». Y no existe esa posibilidad en términos reales. No se puede salvar a nadie que no desee ser ayudado. Parte de este juego es que el «vampiro» afirma que desea ayuda pero, lo que realmente busca, es que le den todo lo que no puede darse a sí mismo. Esto es igualmente disfuncional cuando la conexión perjudica a uno de los dos, por lo menos. En vista de que no tiene intención de responsabilizarse de su vida la mejor opción es alejarse. Es importante que quede claro que, cuando hay un desequilibrio entre dar y recibir, tarde o temprano dejará de funcionar el intercambio. Las personas que están vacías de sí mismas no pueden dar nada, solo quieren recibir. ¿Qué significa estar vacía de sí misma? Significa que esta persona no tiene contacto con su fortaleza interior, no sabe quién es, excepto por lo que aprendió a ser, vive hacia afuera y no hacia adentro, no se autorealiza en su vida porque no sabe para qué es buena ni para qué vino, no siente amor por si misma y tampoco es capaz de amar puesto que solo busca satisfacer sus necesidades a través de otras personas. Estar vacío también significa tener encerrado a su verdadero ser en los rincones del subconsciente. Es como una pérdida del alma debido a shocks o traumas a temprana edad o en etapas de gran vulnerabilidad. Nadie puede ayudar o salvar a estas personas excepto ellas mismas.
Existe un tercer nivel de vampirismo realizado conscientemente por personas que dominan la energía. Esto puede suceder con personas que han recorrido algo en el sendero espiritual, despiertan el dominio de la energía y tienen un ego muy fuerte. Buscan dominar a otros y absorben su energía a través de someterlos mentalmente. Puede darse en casos de pseudo maestros espirituales que buscan poder y satisfacción personal a través de personas que les rinden pleitesía. Esto, por ejemplo, sucede en sectas religiosas cuyos líderes tienen el poder para determinar lo que su grupo hace y piensa. Este es el tipo de vampirismo más peligroso que hay porque, finalmente, lo hacen mas conscientes de lo que están haciendo. No solo sucede en el ámbito religioso o espiritual, sucede con grupos políticos, grupos en los que hay un líder que tiene domados a sus seguidores que están convencidos y obsesionados con la misión y visión de su líder. Salir de estos grupos puede resultar desgarrador porque cuando abren los ojos y se dan cuenta de lo hipnotizados que han estado, pasan por la inevitable crisis de sentirse culpables por haber estado tan ciegos. Pero, con un poco de fortaleza interna, se puede liberar esta culpabilidad con el perdón a uno mismo. Esto resulta ser la enseñanza más poderosa de caer en esos grupos.
Para evitar el vampirismo se necesita trabajar internamente hasta establecer contacto con el alma. Esto no implica que nos puede aún pasar. Hay que pulir nuestro sentido de dar y recibir, cultivar el fluir de la energía de manera natural sin generar lazos de dependencia, a menos que amerite el caso como lo es en la relación de padres e hijos. En realidad, si encontramos la conciencia del amor incondicional, ya no nos viéramos desgastados por nadie. El intercambio de energía con otras personas es parte de la vida, es inevitable. Podemos aprender a escoger mejor, acercándonos a personas con las que nos vemos fortalecidos sin que implique una disminución de energía para las partes. Es cuestión de aprender a observar nuestras vidas, nuestras relaciones. Podemos notar con quienes nos sentimos alegres, en paz, con energía. Igualmente, podemos observar quién nos desgasta. Con solo ver la cantidad de sufrimiento, frustración, desgaste y pensamientos irreales que se sostiene con una persona, ya podemos reconocer que no es saludable para nosotros. Lo que necesitamos es la fortaleza para reconocerlo y dejarlo ir. A veces nos aferramos tanto a quien nos hace daño y ahí podemos ver reflejado nuestro patrón de desequilibrio. Todo es cuestión de discernimiento objetivo.
Si te identificas con el sistema del «vampiro energético», no hay otro camino que buscar tu ser, recuperar tu alma perdida y regresar al camino del despertar. Aunque te cueste mucho ahora, no habrá camino de mayor satisfacción que ser un generador de amor en vez de ser un recipiente vacío que necesite recargarse absorbiendo energía de otras personas. Si eres la «víctima» del vampiro, revisa tu propio patrón de desequilibrio y revisa el amor por ti mismo, la confianza en tus percepciones, tu capacidad de discernimiento y recupera tu energía a través de la meditación, caminando en la tierra descalzo, conectándote con el Sol y fortaleciendo tu aura. Para esto puedes hacer una meditación con el Sol en que sientes que recarga tu energía, o practicar Sungazing. Adicionalmente, puedes darte un baño en una cascada natural y trabajar con los elementos de la naturaleza. Busca opciones que funcionen mejor para ti.
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Trabajo en una oficina; con un gran grupo de personas, en la cual ciento, en ocasiones, una pesadez, dolor de cabeza, una terrible falta de energía y lo más triste para mi es que cambio de humor. A parte del baño, la meditación y caminar descalza? Puedo hacer algo mas?
Gracias Goy
Si, puedes quemar un poco de salvia blanca en el lugar y luego incienso. Puedes poner en alguna esquina un vaso que mojas en agua y luego metes en sal y le dejas como salga. Ventilar el area es importante y visualizar tu ambiente de trabajo en una burbuja de luz.
impresionante, gracias por que se que hay personas que generan malestar pero de la forma como lo explica claramente comprendí el porque tengo baja energía, desanimo y puedo decir que casi pensé que estaba enferma.
Soy labultima dee nueve hermanos entre ellas cuatro mujeres..yo siempre soy la que aconsejo motivo y apoyo cuando se trata de.mi muy poco . Pero ahora me di cuenta que varias de ella me han tenido mucha envidia y egoismo y sus.consejos siwmpre han sido desviados a sua intereses…..es muy triste esto…..mucho las aconsejo por telefoni que se pyede hacer ante esto….para descargar esas malas energias….aparte una de ella me deha deseado el mal
Lorena, en la respuesta que doy antes de la tuya ofrezco algunas opciones, además, en el artículo también menciono algunas cosas que se puede hacer. saludos
A mi me pasa frecuentemente, en contacto con personas desconocidas, soy médico y algunas personas vienen con una carga energética muy pesada, y luego de atenderlas me quedo exhausta, al punto en que he llegado a enfermar. Cómo puedo proteger de eso?
Que tal Margarita, hay un par de cosas que puedes hacer. Primero, lávate las manos con agua fría desde los codos hacia las manos. Como es inevitable, a veces, la mala energía de pacientes, cuando has sentido esa energía pesada, puedes prender unas hierbitas de salvia blanca (las tenemos en Serenidad), porque quita la mala energía. También puedes bañarte con 3 limones partidos que usas como jabón de cabeza a pies. Y luego te enjuagas con un poco de miel de abeja natural de pies a cabeza… y te dejas un rato antes de enjuagar. Puedes caminar descalza en la tierra con respiraciones profundas, puedes meditar y conectarte con el Sol…. realmente hay muchas opciones. Hay que ver la más conveniente para el momento. saludos
Interesante tema, lo describiste tal y cual…
Esas personas son plutón en la carta de otras…..parecen que no hacen nada y mental o psiquicamente están minando la voluntad y energía de la otra persona.
Te felicito.
Ahora a trabajar
beso