La identidad es lo que nos da el sentido del yo como un ser humano individual y separado de los demás. La identidad es lo que nos hace únicos y diferentes. El término identidad proviene del latín «identitas» y se refiere a los rasgos y características que diferencian a un individuo o grupo de los demás. El eje de la identidad es la personalidad y el motor de la personalidad es el ego. En la medida en que vivimos en la identidad y el ego no podemos experimentar, con total claridad, nuestra esencia espiritual. Si bien podemos tener experiencias que realzan las virtudes humanas y que nos acercan a la esencia espiritual, mientras lo vivamos desde el yo individual, nos veremos limitados por ese yo estructurado. Cuando se logra estados profundos de meditación, en que estamos en el silencio, somos el vacío, no hay aferramiento a una identidad, una expectativa, ni siquiera al momento, nos podemos dar cuenta que ese estado de conciencia vacía, libre y silenciosa, es la esencia del espíritu que somos. Lograr ese estado requiere un total desprendimiento de todo.
Existen muchas visiones sobre lo que es el espíritu, la diferenciación con el alma y su vínculo con la identidad. Todas son válidas pues lo que pueden hacer es acercarse, racionalmente, para definir lo indefinible. La visión que puedo compartir al respecto considera que los tres primeros números reflejan el proceso de nuestra creación. El número uno representa la unidad, la totalidad, el uno indivisible del cual todo surge. De este uno nace la dualidad, representada por el número dos, característica visible en nuestro mundo. De esta interacción surge la relación de la triada manifestada en el número tres e interpretada como la relación de cuerpo-mente-espíritu. Si pensamos fractalmente puede proyectarse a la relación de ego, alma, espíritu. El ego se manifiesta a través de la encarnación física, el alma se comunica con el ego a través del pensamiento, sobre todo el pensamiento abstracto y, el espíritu se comunica con el alma a través del silencio y el vacío interior. Así podría interpretar que, la esencia espiritual que somos, viene de la unidad de todas las cosas; el alma es la expresión intermedia entre espíritu y cuerpo que lleva, en sí, un código genético de información sutil para que el ego asuma su identidad y las tendencias naturales con las que se nace para realizar su propósito en cada encarnación. Por favor, tomar esto con gran discernimiento pues no puedo sino hablar desde mi intuición y la experiencia interna que he logrado hasta el momento.
En tal caso, en vista de que hay mucha confusión sobre la diferenciación de estas dimensiones quisiera sugerir que lo consideremos pero, mejor aún, que cultivemos una práctica disciplinada para tener nuestra propia experiencia al respecto. Mucha de la realización que sentimos, internamente, es una experiencia del alma, una gratificación que, bondadosamente, el espíritu brinda al alma para que logre anclar su manifestación en el mundo de la materia. La dimensión del espíritu puro es la dimensión de la no-identidad, el vacío total, la no actividad mental. A pesar de haber iniciado una práctica de meditación hace como 20 años, no fue sino hasta la meditación del sábado que pude ver, con más claridad, la dimensión del reino espiritual. A pesar de haber tenido la experiencia del vacío y el silencio innumerables veces, esta vez estaba lista para ver la relación del espíritu sin identidad, momento en que se diluye en el infinito. La existencia parece ser, desde esta experiencia, un juego cósmico de la conciencia de la creación (sea que le llamen Dios, Jehova, Divinidad, Universo, Luz, etc). Al usar el término juego no implica falta de seriedad pues, este juego, es la última verdad de la vida.
Por mucho tiempo pensé que, cuando escuchaba los Conciertos de Brandenburgo de Johann Sebastian Bach, entraba en el reino del espíritu, pero ahora sé que es el reino del alma pues, en el reino del espíritu no existen las emociones y no es que sea aburrido sino que cada dimensión vive una realidad diferente. La variedad de experiencias y posibilidades que tenemos en esta realidad material nos hace sentir cosas tan extraordinarias que, solo considerar el no sentir, nos puede hacer creer que la dimensión espiritual es aburrida, pero eso es porque lo vemos desde nuestra perspectiva personal. La vibración esencial de la dimensión espiritual se entiende que es el amor pero no es el amor que conocemos los humanos, ni siquiera es el amor del alma que es mucho más enriquecedor. Ante esto solo puedo especular (porque todavía no anclo la experiencia de forma integral) y decir que es el amor que une a todos como uno, sin distinción, sin preferencias y es por eso que no es una emoción y no radica en el pensamiento. Lo más cercano que conozco a lo que esto puede ser es el sutra del corazón que apenas empieza con: «gate, gate, paragate, parasamgate, bodhi svaha». Sin entenderlo a profundidad, cada que escucho las palabras o lo recito, me conmueve tanto y no tengo la suficiente claridad como entender por qué me remueve de esta manera. Ojalá algún rato la tenga. Y, así, nos pasa en tantas experiencias que no entendemos por qué nos remueven tanto y que nos llegan hasta la fibra más fina de lo que somos, sino que el motivo está sumergido en algún lugar de nuestro inconsciente. Por eso, hay que realizar un proceso de interiorización para que algún rato ese «algo» surja a la superficie y lo podamos ver con total claridad.
Este es el Sutra del Corazón traducido al español y, aunque las palabras sean evidentes para el entendimiento racional, lograr su realización es lo que nos lleva a su verdadera comprensión:
El Sutra del Corazón
Traducción: José Silvestre Montesinos
Avalokiteshvara, el Bodhisattva de la Compasión, meditando profundamente sobre el
Entendimiento Perfecto, descubrió que los cinco aspectos de la existencia humana
estaban vacíos*, liberándose de este modo del sufrimiento. En respuesta al monje
Sariputra, dijo lo siguiente:
El cuerpo es tan solo vacío,
el vacío no es más que el cuerpo.
El cuerpo está vacío,
y el vacío es el cuerpo.
Los otros cuatro aspectos de la existencia humana:
Sentidos, pensamientos, voluntad y conciencia,
también están vacíos,
y el vacío los contiene.
Todas las cosas están vacías:
Nada nace, nada muere,
nada es puro o impuro,
nada aumenta o disminuye.
Así pues, en el vacío, no existe el cuerpo,
ni las sensaciones, ni los pensamientos,
ni la voluntad, ni la conciencia.
No hay ojos, ni oídos,
ni nariz, ni lengua,
ni cuerpo, ni mente.
No hay sentido de la vista, ni del oído,
ni del olfato, ni del gusto,
ni del tacto, ni de la imaginación.
Nada puede verse o escucharse,
olerse o gustarse,
tocarse o imaginarse.
No existe la ignorancia,
ni el fin de la ignorancia.
No existen la vejez y la muerte,
ni el fin de la vejez y la muerte.
No existe el sufrimiento, ni la causa del sufrimiento,
ni el fin del sufrimiento, ni un camino a seguir.
No existe el logro de la sabiduría,
ni ninguna sabiduría que lograr.
Los Bodhisattvas confían en el Entendimiento Perfecto,
y, libres de todo engaño,
no sienten ningún miedo,disfrutando del Nirvana aquí y ahora.
Todos los Budas,
pasados, presentes y futuros,
confían en el Entendimiento Perfecto,
y viven en la iluminación total.
El Entendimiento Perfecto es el mejor mantra.
El más lúcido,
el más elevado,
el mantra que elimina todo sufrimiento.
Ésta es una verdad fuera de toda duda.
Dilo así:
Gaté,
gaté,
paragaté,
parasamgaté.
¡Bodhi!
¡Svaha!
Que significa…
Partir,
partir,
partir a lo alto,
partir a lo más alto.
¡Iluminados!
¡Que así sea!
* Vacío es la traducción habitual para el término Budista Sunyata (o Shunyata). Hace
referencia al hecho de que ninguna cosa, incluida la existencia humana, posee una
sustancia verdadera, lo que implica que nada es permanente y que nada es independiente
por completo del resto de las cosas. En otras palabras, todo lo que existe en el mundo
está interconectado y en un fluir constante. Por tanto, una correcta apreciación de esta
idea nos libera del sufrimiento causado por nuestro ego, nuestro apego y nuestra
resistencia al cambio y a la pérdida.
Nota: “Entendimiento Perfecto” es la traducción de Prajnaparamita. El nombre
completo de este sutra es El Corazón de Prajnaparamita.
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Gracias por compartir, me gusto mucho el desarrollo del tema, y sobre el mantra es espectacular, a mi me fascina tiene algo que me conecta, Namaste
Me gustaría revivir por este correo sus publicaciones.
Muy agradecida.
Excelente trabajo..!!! Esto son las cosas que la misma creación pone en nuestro caminó
Para seguir creciendo en ella misma..!!!
Mil gracias.
Con gusto. Es cueation de ingresar su correo en el area de suscripcion y recibira notificaciones. Si no oo ha hecho lo registraremos.
Eres acertiva, precisa y consisa en tus palabras, palabras que llevan su sonido con sentido… Te felicito… me alegro de haberme encontrado con esta web.
Muy interesante tu apreciación, y entiendo y lo he vivido en algunas Meditaciones (pocas realmente, ojal{a fueran más), en las que se alcanza lo que llaman «vacío», pero que en la escala Universal es imposible, pues todo está concadenado y, para mi, se llegaría a un estado de Plenitud, un lleno realmente, por los hilos invisibles que nos unen y en los que todo se sustenta y nos encontramos verdaderamente ante el Uno, siendo el principio puro de nosotros mismos; desligados de lo que es necesario para esta experiencia de vida en la Tierra, desligados de lo que nos mantiene en ella… por unos instantes, al menos.
Hola Goy
Impresionante! tu articulo. Felicitaciones! porque a traves de la constancia has podido llega a semejantes experiencias! Noto que es complicado para ti, explicar con exactitud lo que viviste, la verdad hay partes que no comprendi del todo, pienso que debo estar lista para eso, algun dia sera… Me encanto la parte en la que dices que el sufrimiento desaparece! que bien! Una pregunta: tiene el mismo efecto si dices estos mantras en espaniol?
Saludos cordiales,
Silvana
Gracias Silvana por tu participación en el blog. Hay cosas que son poco fáciles de explicar, sobre todo porque en la dimensión espiritual el raciocinio queda muy pequeño. Sobre tu pregunta, no tendría el mismo efecto recitar un mantra en español por el nivel de vibración del idioma. El Sanskrito es el origen de la mayor parte de idiomas modernos y es muy poderoso. El latín también es poderoso pero no al nivel del sanskrito. Son idiomas que fueron creados en mayor alineación con el espíritu, por eso tienen la fuerza que tienen. Intenta orar en español y recitar mantras en sanskrito para que tengas tu propia experiencia y notes las diferencias.
saludos