Aprendiendo a Pensar con el Corazón

¿Qué puede significar pensar con el corazón? La verdad uso el término «pensar» porque es el lugar en que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo «consciente» y le hemos asociado con la facultad del raciocinio y el análisis. Hemos aprendido a desarrollar con más fuerza toda la capacidad del cerebro izquierdo y hemos apagado, hablando en términos generales y comparativos, las facultades que ofrece el lado derecho del cerebro. Pensamos en términos concretos y dirigidos, sobre todo cuando hacemos un análisis de algo. Es como si haciendo el análisis racional podremos encasillar en un determinado lugar a una situación y, con eso, queda registrado de cierta manera. Hemos asociado el pensamiento con el juzgar puesto que, normalmente, asociamos nuestras creencias y prejuicios con las situaciones de análisis, basado en aprendizaje y condicionamiento. Necesitamos de esta facultad de raciocinio para determinar cosas muy concretas. El pensamiento racional tiene su funcionalidad y su propósito y lo veo como algo muy práctico para todo lo que necesite concretarse, definirse o comunicarse puntualmente.

Por otro lado están las emociones, que intervienen frecuentemente en nuestras decisiones. Las emociones también son aprendidas y condicionadas, en su mayoría y, por ende, también tienen prejuicios. La mayor parte del tiempo nos vemos fluctuando entre lo que pensamos y lo que sentimos. A veces es más fuerte lo que pensamos, a veces nos dejamos llevar por lo que sentimos. Nuestra visión completa de una situación suele estar dividida entre lo que pensamos y lo que sentimos y, en algunos casos, solemos estar integrados entre los dos aspectos de nuestro ser. Cuando eso se da, se siente una certeza inigualable sobre la visión de la situación. La visión es más amplia y genera armonía, aún cuando lo que se esté revisando no sea algo agradable. Ver en grande genera total comprensión y eso es liberador, de ahí que brinde armonía. Estoy hablando específicamente sobre la alineación de pensamiento y emoción pero, si esta alineación nace de la visión del alma, la gratificación de la visión es mucho mayor. Hemos llegado a un punto en que necesitamos recuperar las facultades del lado derecho del cerebro, si puedo usar los dos hemisferios cerebrales para explicar el proceso que hemos vivido en la humanidad. Vamos a ver al lado izquierdo del cerebro como el cerebro racional, concreto, donde se asienta el ego. El lado derecho del cerebro lo vamos a asociar con el pensamiento abstracto, la intuición y el alma. Por favor, tomar esto como un ejemplo simbólico con el fin de entender el mensaje. En el proceso de los últimos 2 mil años, el ser humano «colectivo» ha potenciado las facultades del cerebro izquierdo, sometiendo al proceso creativo del lado derecho. Lo que tienen en común el pensamiento racional y el ego es que son sumamente limitados. Su funcionalidad se aplica a cosas concretas. Tanto el ego como el pensamiento racional son necesarios sino que nosotros les hemos dado todo el peso de la existencia como si por este medio es como se puede conocer la verdad de las cosas y no es así, justamente, por la limitación que tienen. Nos sirven para manifestar, para comunicar, para entender de forma concreta las experiencias que vivimos. Ahora, la relación entre el lado derecho del cerebro, la intuición, el alma y el pensamiento abstracto es que, a través de su ilimitada creatividad, entendemos la esencia de las cosas de forma directa, abstracta, y así se nos revela la verdad. No es concreto en la manera en que lo es el lado izquierdo. Más bien es muy amplio y llegamos a procesar algunas cosas abstractas de forma concreta para poder comunicar o manifestar. Los dos lados son importantes y necesarios sino que ahora es el momento para despertar todo lo que hemos reprimido, colectivamente, en el lado derecho del cerebro. Como está en la imagen con esa frase de Albert Einstein que dice: «nunca hice ninguno de mis descubrimientos a través del pensamiento racional.»  Esto es muy significativo y Einstein era un promotor de la intuición.

Para mí fue sumamente claro que la energía para despertar la intuición y alinearla con el alma se ancló con firmeza el pasado 12-12-12. Es como si hubiesen abierto la llave cósmica de energía que nos nutre con información y herramientas para que despertemos esta relación entre intuición, alma y pensamiento abstracto. Lo que he percibido es que esto no se hará a través del sometimiento del lado izquierdo del cerebro sino que tendremos que poner mucha atención para potenciar el lado derecho y luego encontrar el punto de equilibrio entre los dos a través del «corpus callosum» que es lo que une los dos hemisferios cerebrales. Ese punto de equilibrio lo podemos relacionar con el camino del medio del que habló Buda. Usaremos el lado derecho para entender la esencia de las cosas, elevar nuestra vibración al infinito, y el lado izquierdo para manifestar lo que encontramos en el lado derecho de formas creativas, concretas y personales. En otras palabras, es hora de que logremos la integración y vivamos todo el potencial espiritual en nuestra humanidad. El mismo ejemplo que he usado con los lados del cerebro lo puedo usar usando el ego y el alma, el espíritu y la materia. Lo importante en cualquier instancia es lograr la integración y, si buscamos la verdad, dejarnos guiar por el alma, no el ego, la intuición y no el prejuicio.

Ahora, ¿cómo despertamos la intuición? ¿de dónde surge? ¿cómo saber si es la voz de la intuición o no lo que percibimos? Pues, esta es la tarea en la cual necesitamos trabajar, enfocando nuestra atención y realizando ciertas prácticas que van a potenciar su despertar. El pensamiento abstracto y la intuición surgen del silencio interior, del vacío. Por eso, la práctica de la meditación, formas de contemplación o introspección interior son sumamente importantes. Mucha gente tiene miedo de verse a sí misma, de estar sola. Es entendible, no hemos aprendido herramientas para superar experiencias dolorosas ni egos heridos, pero el camino interior no tiene escapatoria, es un camino en que necesitamos revisarnos y superarnos, sanando todo lo que vayamos encontrado. Para poder tener clara la voz interior necesitamos purificar nuestra percepción. Para purificar nuestra percepción necesitamos abrir la mente, liberarnos de prejuicios, vernos como almas unificadas por el campo infinito de la energía. William Blake, un poeta profético inglés del siglo XVIII y XIX una vez dijo: «Si las puertas de la percepción estuvieran limpias, todo nos aparecería como realmente es, es decir, infinito.» Y esto no nos llega sin realizar un proceso de discernimiento interior. Hay que iniciar enfrentando el miedo a verse a sí mismo para ir descubriendo como se fabricó esa idea de tenerse miedo a uno mismo o la idea de que uno no vale nada. A unas personas les costará más porque tienen más cosas que sanar pero, si no resolvemos las cosas ahora, volverán a manifestarse hasta que se hayan sanado. Creo que es un buen momento para compartir algo que se relaciona con el karma y cómo funciona. He contado en otros artículos sobre este personaje que apareció en mi vida en el 2008 y a quién me he referido como «mi amado tormento». Pues luego de pedirle perdón por lo que descubrí que sucedió en otra vida y que se arrastraba con fuerza en esta, las cosas cambiaron totalmente. El motivo por el que no podíamos romper la relación era porque no se había sanado esta herida tan profunda de abandono. Como en esta vida él es quien pasaba hiriéndome de maneras extremas, no pensé que se trataba de que yo le pida perdón, más bien las cosas se presentaron como si debería ser al revés. Pero luego de descubrir el origen de su insistencia en herirme y la imposibilidad energética de romper la relación, las cosas cambiaron. Ahora, ya no hay ningún motivo que nos ate excepto el libre deseo de mantener contacto. La fuerza e intensidad que había en el vínculo se difuminó, se transformó o se sanó cuando le pedí que me perdone. Lo único que confirmó, de su parte, que de esto se trataba es que, uno o dos días después de este episodio, él me escribió diciendo que había sentido un alivio increíble cuando le pedí que me perdonara. No sé que tanto él aceptó la  historia que le conté, si la recordó o no pero, en tal caso, su reacción fue lo que alivió el lazo tortuoso que nos unía. Comento esto porque si algo no se resuelve en una vida, volverá en otra y siempre es de formas que no solemos entender, malinterpretamos, o las manejamos de una manera inadecuada. En mi caso, dadas las circunstancias de esta vida, más parecía que era yo quien debía perdonar a él por su maltrato, pero ese maltrato era consecuencia de lo que yo le abandoné en otra vida y lo herido que quedó por ese abandono. Realmente, todo lo que ha pasado con él me confirma a mi la existencia de vidas pasadas y más notando lo que ha sucedido a raíz de ese perdón. No creo que él esté muy consciente de todo lo que pasó, pero parece que creyó en mi historia y más que eso, lo importante fue el cambio en la intensidad de la conexión. Cuando se sanó el problema, la tormenta calmó y la energía del intercambio cambió radicalmente. Entonces, es mejor aprovechar esta oportunidad para pulirse en el ahora e irnos desprendiendo de aquello que nos impide estar alineados con nuestra esencia. En mi caso la resolución vino luego de una regresión, la misma que surgió espontáneamente ya que mi intención ese día era otro. Para encontrar una resolución es cuestión de poner la intención y en enfoque en eso y vendrá por el camino que tenga que venir para cada quien. Solo puedo decir que, luego de vivirlo, me quedó muy claro el tema del karma, la importancia de la resolución, el perdón y el amor. Haciendo caso a la intuición, a la información que me vino de manera abstracta a través de imágenes, sensaciones y demás, me tomó un par de meses llegar a esa resolución luego de seguir usando el lado racional en concordancia con el lado abstracto para lograr una total comprensión.

Puede pensarse que todo lo que yo pasé fue una historia creada por mi imaginación fantasiosa pero, si fuese así, no tendría los efectos que ha tenido. Ha sido la intuición la que me ha guiado, la que me ha preparado para poder resolver cosas pendientes. Es la intuición la que me permite aceptar la relación con seres de otras dimensiones. No puedo decir que he llegado al punto que sé que se puede llegar pues todavía hay mucho que purificar para que la percepción esté libre de la ilusión y alineada, pero, luego de años de trabajar conmigo misma, he llegado a un punto de empezar a diferenciar entre la intuición y el deseo. Para eso tenemos la vida, es un viaje, es un camino, es una oportunidad y tenemos demasiadas cosas para distraernos de lo que es vital y, lo peor, es que nos gusta todo tipo de distracción moderna que a potenciado la pereza existencial. Así que, si sólo supiéramos lo importante que es que nos enfrentemos hasta descubrir lo que somos de verdad, quizás pesarían menos las distracciones o el tiempo que dedicamos a ellas.  Podemos pasar pensando en que vamos a realizar algo sobre el tema pero no sirve de mucho, lo que cuenta es tomar riendas en el asunto y hacerlo. Les dejo con un video en que menciono el tema.

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