La mente humana, para la mayoría, es un pantano de especulaciones. El ser humano promedio es incapaz de ver la verdad, cuando se entiende la “verdad” por ver lo que es, no lo que nos imaginamos. Tenemos una enorme capacidad para auto-engañarnos y ver lo que queremos. Eso difiere, totalmente, de ver las cosas sin filtros, tal y como son. Mientras no conozcamos cómo funcionamos internamente, cómo impactan los pensamientos, los sentimientos, su origen, o al menos lograr algún discernimiento que nos permita darnos cuenta de que estamos sumidos en una ilusión, no podremos ni conocernos a nosotros mismos, ni comprender a la humanidad, ni conocer nuestro lado trascendente espiritual. Es simplemente imposible. El otro día una chica me escribió diciendo que ella sigue su intuición y que tuvo que trabajar meses y ser paciente para conectarse con lo que ella cree que es la intuición. Me quedé pensando y por su secuencia de mensajes me di cuenta de que eso es lo que ella quiere creer y que faltaba mucho por pulir. Sino que es tan fácil auto-engañarse y eso impide que nos demos cuenta de que hay mucho más que hacer para lograr el engranaje con la dimensión sutil. La mayor parte de gente cree que apenas empieza su proceso de conexión interior o de despertar, lo que siente internamente es verdad. Y no es así. Como no tenemos manera de comparar hasta que nos damos cuenta de que estamos equivocados, caemos en este juego de percepciones falsas. Todo el tiempo veo mensajes, en grupos espirituales, que hablan del amor incondicional como un sentimiento dirigido a un ser, o simplemente como un sentimiento hacia otro generado por una atracción. Yo también pensaba así, eso es lo que aprendimos y es lo que conocemos. Pero ¿por qué hay seres más sabios que nos hablan de otro tipo de amor, otro tipo de conciencia en que nos vemos como UNO? ¿A qué se refieren? ¿Qué proceso o experiencia los ha llevado a decir semejante cosa? Algo tengo muy claro y es que el ser, su conciencia o su alma integrada realizan un proceso para comprender este concepto. Ese proceso se llama “despertar”. El despertar no sucede exactamente en meses, sino que puede tomar muchas vidas. Claro que experimentamos pequeños despertares que son necesarios para, en algún momento, llegar a ver la película en grande. Aferrarnos a nuestras percepciones es parte del problema, sino que no tenemos muchas opciones, al menos cuando se inicia. Conforme vamos despertando nos vamos dando cuenta de que cosas que creíamos con certeza antes, ahora son destruidas porque encontramos verdades más profundas y auténticas. Entonces, es natural que surja la desconfianza en lo que percibimos, y puede ser bueno ya que eso que genera inseguridad e incertidumbre que nos incita a seguir en la búsqueda interior por ese algo en nosotros mismos que es el Yo Superior. Ni siquiera sabemos que eso es lo que estamos buscando. Sin embargo, si indagamos lo suficiente, internamente, y empezamos a discernir las energías, nos daremos cuenta de que hay algo más allá de los pensamientos, más allá de los sentimientos, más allá del cuerpo y sus 5 sentidos que nos señala hacia esa dimensión inmaterial, abarcadora, que funciona muy diferente a lo que conocemos. Intuitivamente podemos sentir que hay más pero mientras no se revele con claridad y lo podamos abrazar conscientemente, será como caminar con una sombra a la que nunca se le logra identificar.
Mientras más apegados estemos a la materia más complejos seremos y, por eso, la gente considera que cada historia es una historia personal y diferente de las otras cuando es una sola historia con diferentes matices. Mientras más despertamos a nuestro aspecto espiritual más comprenderemos esta frase de que todos somos uno pues las diferencias y las divisiones dejan de existir. Aunque mantengamos la separación física por la inevitable realidad de la dualidad, la experiencia y la visión de unión y unidad sucede internamente y es consecuencia de un proceso de despertar. No niego la posibilidad de que este proceso suceda en meses para pocas personas. Será que me ha costado toda esta vida llegar a pequeños despertares que me han permitido aprender a no aferrarme ciegamente a “mis” conceptos ni creencias ni percepciones, que me cuesta creer que con el chasquido de los dedos esto pueda realmente suceder. En tal caso, ese no es el tema en cuestión sino la complejidad de la mente humana que quiere creer lo que percibe sin hacer un proceso de dilucidación previo. Para quitarnos del camino necesitamos reconocer qué es lo que hay que quitar del camino si queremos llegar a ver las cosas como son. Eso de por sí es una mega tarea. Empecemos con la autoobservación, una herramienta fundamental en el sendero interior, notaremos los pensamientos, los juicios, las especulaciones, los deseos, los miedos y así vamos conociendo el mundo en que vivimos. Luego de mucho tiempo de práctica podremos empezar a dejar ir algunos aspectos del contenido del ser que creemos ser y empezamos a dejar que nuestra naturalidad se haga más evidente. Aprenderemos a perdonarnos por las percepciones erróneas, por las creencias limitantes que nos impedían ver en grande y seguiremos expandiendo los horizontes de la conciencia. Es importante no creer ciegamente en lo que percibimos. Mientras nuestros filtros estén contaminados por el condicionamiento no podremos ver las cosas como son. Desprendernos de la idea que tenemos de nosotros mismos en algún momento será extremadamente importante. Esta es la muerte del ego o al menos podríamos decir que estaríamos listos para vivir sin identificación con una idea estática de nosotros mismos. Mientras más depurados estén nuestros filtros de percepción, más podremos validar nuestras percepciones intuitivas porque además, se sienten de otra manera porque están conectadas con el Yo Superior de manera más directa. Mientras tanto es como escuchar una radio con full interferencia, por ende, será difícil percibir con claridad y acudiremos a la interpretación especulativa.
Compartiré contenido de una serie y de una película que reflejan la manera en que trabaja la mente humana, tanto a nivel individual como colectivo. Este último tiempo me he deleitado viendo Betty la Fea, la telenovela original y, a más de gozar con el humor y la dinámica de los personajes, noté con claridad la manera en que se desarrollan las historias basadas en una tremenda especulación. Todos especulaban e interpretaban las cosas que escuchaban desde su visión personal y aplicaban a las relaciones sin que estén alineadas con la verdad subyacente. Marcela, guiada por sus celos, veía todo mal en Betty ya que Armando la defendía porque era su mano derecha. Armando empieza un juego macabro y termina enamorándose de Betty, todo por creer que Betty se llevaría Ecomoda estimulada por su disque novio Nicolás. Betty, piensa que Armando la utilizó y no le creyó que él se enamoró de ella por una carta que escribió su amigo Mario con instrucciones para ese juego macabro de enamorarla. Armando pierde 2 millones de dólares por hacer un mal negocio creyendo erróneamente que las cosas iban a salir bien. En fin, el cuartel de feas llenas de chismes que adaptaban a su interpretación y los transmitían de esa manera generando más conflictos y sentimientos encontrados. Aunque es una novela muy cómica, tiene un contenido doloroso, de grandes heridas y refleja la realidad de cómo funcionamos. Todos los enredos nacieron de la especulación. Por miedos, por inseguridades, por conveniencias, no tomamos al toro por los cuernos ni creamos comunicación directa y honesta para enfrentar las cosas. Nos damos mil vueltas para evitar un conflicto y terminamos mintiendo o escondiendo los sentimientos que son generados por cosas que distan de la verdad.
La película a la que me refiero es No Mires Arriba, con Leonardo Di Caprio y Jennifer Lawrence. A través de una sátira, en la que dejan en ridículo a los ejes de poder político, los medios de comunicación, los medios sociales y la tecnología, se refleja la estupidez humana masiva, lavada el cerebro por estas fuerzas de poder que les impide ver la verdad. Los científicos no son tomados en serio, la codicia humana es mayor que cualquier fuerza y eso nos lleva a la “extinción”. Es una muy buena película y nos deja mensajes importantes para reflexionar. Quienes miran y leen noticieros creen que lo que se dice es la verdad y así hemos vivido una pandemia de terror. Recién leía la noticia de que un deportista X se murió por no estar vacunado contra el Covid y una persona comenta que eso es mentira, que su esposa lo desmintió en algún medio. Lo que hace la mayoría es repetir lo que escucha o lee. Muy pocos realmente se toman el tiempo para investigar. ¿Con este tipo de mentalidad cómo podemos lograr despertar y reconocer nuestra unidad? Es simplemente imposible. Necesitamos calmarnos y ponernos a investigar con fino discernimiento para salir de la histeria colectiva y conocer mejor y más profundamente lo que está pasando en la humanidad, el Planeta y el Cosmos. Mientras tanto seremos títeres de estos ejes de poder, sí, ¡títeres! En la mayor parte de reuniones que he asistido la gente sólo habla del Covid y proyecta sus miedos. Se ha vuelto el centro de la vida de tanta gente que pende del hilo del terror generado. La gente no se concentra en manifestar sus sueños sino en vivir con miedo. Esto es una mega alarma. Sin duda ha muerto mucha gente con Covid, toda nuestra atención en el tema. Sería bueno investigar en fuentes fidedignas, cuánta gente ha muerto de gripe, de cáncer, de infarto, o de otras causas. Sería bueno poner un poco de objetividad en el asunto, pero el miedo puede más y genera la histeria de las masas. Si no aprendemos a manejar el sistema mente-cuerpo, o por lo menos indagamos para conocerlo mejor, seguiremos siendo títeres de nuestros miedos y especulaciones y no lograremos comprender este mensaje luminoso de que todos somos uno.
Gracias por leer, comentar y compartir. Espero estas reflexiones te lleven a profundizar en tus propias reflexiones.
Muy bonitos consejos, muy agradecido y muchas felicidades.-