A mucha gente no le gusta estar a solas, no solo porque no tiene la costumbre sino porque al estar consigo misma no sabe qué hacer. También hay gente que está a solas, por sus circunstancias, y no dedica tiempo a la relación consigo misma. Cualquier distracción es una mejor opción que compenetrarse con uno mismo. La verdad es que eso es lo que más tenemos: distracción. Esto es saludable y lo necesitamos. El problema es que la distracción se ha vuelto nuestro medio de vida y dejó de cumplir con su propósito de cambio de atención y de dirección. Para enfocar mejor el tema voy a referirme a la «distracción» como cualquier actividad que nos aleje de la conexión con lo esencial. También voy a referirme al «tiempo a solas» como el tiempo que invertimos para descubrir aquello que es esencial en uno y en la vida pues se puede entender desde muchas perspectivas y todas tendrán su propio sentido. Para ilustrar estos conceptos voy a compartir algunas reflexiones que me llevaron a enfocarme en este artículo.
Esta semana ha estado llena de eventos. Desde los cambios que requieren atención en nuestro lugar de trabajo hasta pacientes que toco visitar en el hospital o en casa. Como pocas veces hemos tenido reuniones de trabajo que han implicado un corte en la rutina acostumbrada. En fin, mucho movimiento que tomó de sol a sombra sin el tiempo libre al que estaba acostumbrada para contemplar mis propios procesos. Luego de años de trabajo interior, se volvió una costumbre y una necesidad el tiempo a solas, el silencio y la contemplación. Entonces, al no tener esos espacios durante la semana, me vi envuelta en un tren de vida acelerado, con mi atención en cosas externas y con muy poco anclaje interno. Es que, si no se cultiva algo, se va perdiendo el nivel alcanzado. Esto lo vemos en todos los deportes. Es más, el otro día, un cliente del Spa que viene al menos 4 veces por semana a nadar, me comentaba que estaba ya en como 100 piscinas. Una noche se pegó un par de whiskys y al siguiente día no pudo hacer ni 20 piscinas. Estaba asombrado y no entendía cómo puede afectar tanto tomarse un par de whiskys. Pero así es en todo, empezamos la rutina del deporte y si lo dejamos, ya sea por lesión o por gusto, requiere un tiempo de entrenamiento para volver al nivel en que se estaba antes. En estos procesos internos es muy parecido. Se deja de practicar alguna forma de contemplación, meditación o «tiempo a solas» y se cae, con facilidad, en las demandas de la rutina externa. Es más, ni no nos damos cuenta de lo envueltos que estamos en ese torbellino del ritmo de vida hasta no parar y mirar internamente. Cuando eso sucede solemos ver la acumulación de tantas cosas en medio de una bulla mental imparable. Por suerte, tuvimos el feriado de semana santa y salimos fuera de la ciudad para estar en contacto con la naturaleza. ¡Qué importante es la naturaleza para ayudarnos a regresar a lo esencial! Tiene algo mágico que nos ayuda a respirar más profundo y tiene el poder para hacer algún tipo de limpieza interna cargándonos de energía. Entonces, aprovechando el momento y la oportunidad volví a la reconexión y a contemplar algunas cosas.
Cada día nos aporta algo nuevo y tiene una energía diferente que nos predispone para ciertas cosas. Podemos notar cambios en el clima pero el cambio de energía suele pasar algo desapercibido. Algunas cosas fluyen para unas personas y, en cambio, para otras no. Cada persona es un espacio de resonancia, con un código matemático perfecto, que responde a la vibración que viene a experimentar en la vida. La mayoría nos vemos separados de la relación entre nuestra resonancia y la dinámica del Universo. Sin lugar a dudas nos vemos como seres separados de los demás y no como parte de un complejo arreglo cósmico que se entreteje para generar un movimiento de energía. En tal caso, la naturaleza tiene una magia especial que, a la mayor parte de personas, ayuda a conectarse con aspectos de nuestra energía esencial. Entonces, fui a la montaña y me senté a respirar, contemplar y luego meditar. Ansiaba ese momento de silencio interior porque, realmente, no hay un espacio vacío mientras la mente esté llena. Vaciarse, por un momento, genera un alivio increíble y ahí radica la importancia de darse estos espacios a solas y en silencio. No se trata de que pase mucho sino de que no pase nada, es como hacer una especie de «reset» en que uno se llena de nada. Esa nada no es «nada», es «todo». Nos referimos a nada porque está distante de la bulla del pensamiento que es muy tenaz y que nos somete, además que moldea nuestros estados de ánimo. Es «todo» porque, al estar en silencio sin la dominante bulla del pensamiento, hacemos una conexión con algo trascendente, abstracto, desprendido, libre… algo a lo que podría llamar: paz interior. No tiene forma, no tiene identidad. Simplemente es algo sumamente diferente de lo que estamos acostumbrados en el mundo de los sentidos externos. Ese es un momento de gran aporte para nuestra vida porque nos conecta con ese espacio trascendente del que venimos.
Al siguiente día volví a salir a la montaña y la energía estaba diferente. No tuve la misma facilidad para lograr ese estado interno que logré anteriormente. ¿Era yo la que tenía una energía o predisposición diferente? o, ¿Realmente había una energía atmosférica diferente? Sí existe una diferencia y también no la hay. Mientras no dominemos nuestra propia energía y comprendamos la relación que tenemos con todo lo que nos rodea estaremos sometidos a la influencia de la energía que cae sobre el Planeta. Los pocos seres que han logrado esa unión con «todo lo que es» tienen mayor capacidad para afectar la energía del ambiente más que ser sometidos a ella. La realidad de la mayoría, refiriéndome probablemente al 99.999999% de la humanidad, es que sigue sometida a las influencias del movimiento de la energía. Entonces, no puedo decir, con total certeza, si mi energía o predisposición era lo diferente o si la energía del ambiente era lo que impactaba el momento. En tal caso, sí tenía claro que mi interacción con la energía del día hizo algo más difícil lograr esos largos momentos de comunión con el silencio interior como el día de ayer. Igualmente, he notado que, en las meditaciones que realizamos en el parque, con un grupo de personas, son más eficientes las veces que me dejo llevar por la conexión con la energía de ese instante que cuando deseo imponer una dirección para el trabajo interior. De que algo fluya para una persona y no para otra, el mismo día, depende de esa resonancia nata que tiene, cada persona, que es la que interactúa con el ambiente. Lo mismo sucede en relación al porcentaje de personas que buscan el despertar interior. No todas las personas están listas para mirarse internamente, para destruir su condicionamiento y abrir su mente, por ende, el momento a solas al que me refiero no es su prioridad. A veces la vida nos obliga, a la reflexión interior, enviándonos experiencias que nos hacen cambiar el enfoque de nuestra vida. Para otras personas resulta más natural y fácil el sendero espiritual y, otras necesitan de mucha orientación y práctica para llegar a esos espacios de renovación interior. Ahora, ¿por qué es esto necesario, hoy en día? Considero que es de suma importancia que incluyamos, en nuestra vida, estos espacios porque, reconociendo que la humanidad entera necesita un cambio, es solo a través del reconocimiento de que todos somos Uno, de que cada cosa que hacemos afecta nuestro karma planetario, que podremos integrarnos en la vida de una manera funcional y saludable para «todo lo que es». Lo que menciono es como una idea general pero, para llegar a ese punto, se requiere pasar por muchos procesos internos. Ahora, si consideramos que estamos reaccionando a la energía que cae sobre el planeta, puede surgir un nuevo cuestionamiento. Si somos una consecuencia inconsciente de esta energía, ¿hay algo que podamos, realmente, hacer? Por otro lado, si nosotros somos los que estamos causando tanto desastre en el mundo, hay algo que no estamos viendo, entendiendo o haciendo? Para esto hay muchas respuestas. Solo podré ofrecer un par de reflexiones al respecto y lo óptimo es que cada quien se esfuerce por encontrar sus propias respuestas. Llegar a entender el origen de todo es muy complicado para la mente racional con la que contamos la mayor parte del tiempo. Aún en la conexión con la mente abstracta no es sencillo comprender el origen de todo. Podemos basar algunas suposiciones en las visiones de personas evolucionadas e iluminadas. Por ejemplo, Sri Yukteswar, maestro de Paramahansa Yogananda, nos ofreció el concepto de las «Yugas» para explicar los ciclos o facetas evolutivas e involutivas. Él nos habló de eras como Satya Yuga, Treta Yuga, Dwapara Yuga y Kali Yuga que corresponde a las eras que los griegos mencionaron como Era de Oro, Plata, bronce y hierro. He mencionado esto en algunos programas radiales. En tal caso, estas «eras» representan etapas y formas de vida de las masas. En Kali Yuga vivimos totalmente en la oscuridad e ignorancia, separados por completo de nuestra esencia espiritual. En Satya Yuga, en cambio, vivimos en un nivel de luz interior de tal alineación con la esencia espiritual que la vida de la mayoría es vivida en armonía y en paz, en el campo de la conciencia unificada. Algo pensable pero no practicable para la era que iniciamos hace poco: Dwapara Yuga ascendente. Entonces, desde esta perspectiva sí estamos sujetos a vivir en un nivel de conciencia que va de la mano con la energía que gobierna una era y una etapa determinada de la misma. En todas las eras hay personas en todos los niveles de conciencia pero, una gran mayoría resuena con la energía de la era en la que está viviendo. Ahora, eso no es una excusa para aceptar la destrucción que estamos generando como humanidad. Digamos que estos ciclos se repiten con el afán de que no repitamos el mismo nivel de daño que generamos en otras épocas. Esto es una suposición cuyo afán es estimular la conciencia pues la verdadera intención de vivir estos ciclos escapa el mejor intento de comprensión que pueda realizar al respecto. Ahí es cuando podemos recurrir a los movimientos de las masas. En estos últimos años hemos visto mucha reacción de la gente ante los sistemas de poder a los que nos hemos acostumbrado. La gente nos está reflejando que ya no acepta las guerras porque sí, ni el dominio de los poderes en pocas manos tampoco. Es como si estuviéramos dejando de ser títeres del sistema en el que hemos vivido amortiguados por años. Eso solo señala un despertar que viene como consecuencia de un proceso vivido por siglos y que ya no convence. En Dwapara Yuga avanzamos hacia un nivel de conciencia más alineado con al esencia espiritual, es inevitable que existan estos movimientos de las masas. La energía del Universo siempre está en movimiento y nosotros somos parte de ese movimiento. Para comprender por qué las cosas fluyen para ciertas personas y no para otras cuando es un tipo de energía que cae en un lugar determinado tenemos muchas tradiciones que explican la dinámica de la energía personal y su interacción con la energía cósmica. La astrología occidental es un ejemplo, la astrología oriental es otro ejemplo, la telurología también intenta explicar algunos fenómenos. Todo es energía y las respuestas dependen de la resonancia.
¿De qué nos sirve el tiempo a solas como lo he mencionado aquí? Justamente, el motivo principal es que ese tiempo nos sirve para alinearnos, cada vez más, con la resonancia de ese cambio hacia una nueva etapa de la conciencia. Cuando se tiene una familia y un trabajo demandante, es poco fácil encontrar un tiempo a solas pero, realmente, es necesario y lo deberíamos cultivar no sólo en nosotros sino en los niños. Aunque sea unos 15 minutos puede ayudar a poner en perspectiva muchas cosas. Si nos dejamos arrastrar por la rutina llegará un momento en que explotemos como olla de presión y las consecuencias no son las mejores. Cuando nos volvemos sensibles a la lectura de la energía sabremos que hay momentos a los que podemos llamar «oportunidades» para hacer algo. Si los aprovechamos sacaremos los mejores resultados. Igualmente, habrán momentos en que las cosas no fluyan tan adecuadamente y necesitamos captar esa lectura de la energía para saber qué es lo mejor que podemos hacer. Esta capacidad de lectura o discernimiento de la energía se incrementa de acuerdo al «tiempo a solas» que dediquemos para explorar el mundo interior. Sólo ahí podremos encontrar el camino y las respuestas.
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Interesante articulo, he escuchado recientemente que para ciertas personas que interpretan las Sagradas Escrituras la soledad es algo terrible, por la desconexion del afecto; sin embargo como se menciona en el tema de los ciclos todos en algún momento de nuestras vidas la experimentamos, ya sea al nacer o con la pérdida de seres queridos.
Creo que lo importante es vivir el presente y todo lo bueno que nos rodee, para mi lo importante es estar enfocado en lo bueno (oír, ver, alimentarnos..) y por su puesto comunicarnos con buenas personas y no dar importancia a lo negativo, hay que sanar y para eso están los profesionales y los seres de luz que nos guian…Felicitaciones por el articulo. Saludos Diego
Muy sabio y real tu artículo Goycita, en mi caso son estos momentos internos los que me sacan del torbellino en el que a veces me siento, con un mundo ficticio que no respeta la naturaleza y que actúa para su destrucción, son esos momentos los que otra vez me dan fuerza y me recuerdan que cada cual tiene su proceso, y que pese a todo lo que yo no alcanzo a divisar, hay una perfección en todo, Muy cierto amiguita tu comentario, y coincidimos en esa necesidad de naturaleza, de ese aire maravilloso que trae la verdad que en las ciudades no se puede escuchar, por eso, y si es posible, a mí me encantaría ir contigo cuando hagas esas salidas, si es que es posible claro, porque me di cuenta definitivamente este fin de semana que fui a Cuicocha, necesito más espacios como esos, pero ojalá con gente similar a mí, que no va a ir a fumar, ni cosas así, y que va a entender también mi necesidad de quedarme en silencio y solo escuchar y sentir el momento, ojalá sea posible, por favor respóndeme, gracias.
Susana, estas muy bienvenida a unirte a las meditaciones que hacemos los sábados (generalmente) a las 7am en el parque metropolitano. No tiene costo alguno y es abierto al que desee realizar trabajo interior. No te concentres en que sea gente parecida a ti, sino en el beneficio que tu puedes sacar y aportar a las reuniones.
Hola me podrías decir en que parte del metropolitano meditan los sábados ?
Que tal Elena, estamos meditando detrás de la Fundación Guayasamín. Se nos ve desde la calle, justo al final del camino que sube detrás del canal 8. Normalmente a las 7 o 7h15. Si deseas venir, bienvenida.
Hola Goy!
Me encanta! estar a solas, siento que disfruto mucho y si es en la naturaleza aún mas. El tema de las energias, fascinante ultimamente estoy poniendo mas atención en esto y me he permitido sentir…Sabes..que hace algunos meses me preocupaba mucho por mi entorno y la falta de sensibilidad de las personas, pero he comprendido que mi trabajo aqui es cambiar mis falsas creencias y que solo entonces podré crear el entorno armónico que siempre soñé. Tengo cuidado de mis juicios a todo, de mis pensamientos y emociones. Estoy notando cambios favorables yupi yupi!!
Un abrazo grande Goy!
Muy interesante el artículo, por cierto hay algo que siempre me intrigó que fué lo de las eras, entiendo su paralelismo con las eras occidentales, pero al contrario que en Oriente en occiedente el tiempo siempre es lineal o en su defecto en espiral.
El ser humano está atado a un eterno retorno? evolución e involución?
Dónde queda el trabajo hecho en una era si luego se vuelve a involucionar.
Muchas Gracias, Cecilia
Que tal Cecilia, gracias por tu comentario. Lo poco que he logrado entender de física es que el tiempo no es jamás lineal. Es más, lo que nos enseñaron sobre los planetas girando alrededor del Sol de una manera medio estática no es verdad. Siempre hay un movimiento que no es estático y para eso hay que comprender la estructura del espacio, tema que Einstein empezó a explicar. El ser humano está atado a un retorno en la medida en que no logre su iluminación. De ahí su regreso puede ser voluntario o seguir en otros universos. Tu puedes lograr grandes cosas espirituales esta vida pero, si caes en el camino equivocado, sueles retroceder unos pasos, a eso muchos lo consideran involución, pero diría que es más una lección no aprendida por completo. Además, creo que para que los humanos entendamos que todos somos uno, necesitamos experimentar todos sus lados, el de buenos y el de malos… Supongo que volver en las distintas eras sirve para experimentar la vida en su vasta gama de ejes polares.
Muchas Graias por tu pronta respuesta, hace un mes he tenido un intento de suicidio, porque a veces no soporto la duereza e insensibilidad que hhoy impera.
Saludos Cecilia
Comprendo tu desazon. Existen motivos por los que escogiste venir en esta epoca. Hay mucha insensibilidad y tambien hay mucho despertar. No te permitas caer solamente en el lado oscuro de la vida. Comprende que justamente eso es lo que hay que cambiar y ese cambio solo puede comenzar en uno mismo. Enfoca tu atencion en lo que es valioso para ti sin que dependa de otros ni que estes muy aferrada. Si hay un camino en el que las malas experiencias y relaciones pueden tornarse en tu mecanismo para encontrar tu paz interior. Empieza a mirar mas alla de tu propia costumbre y encontraras cosas valiosas.
El artículo me resultó sumamente interesante, claro, concreto, útil….Yo vivo sola, duermo sola, como sola, bicicleteo sola, tengo todo el tiempo para mí, pero eso no quiere decir que logre conectarme con mi yo interior…me cuesta mucho y noto que mi madurez intelectual o espiritual o mental, no está lista para sentir la enorme paz de estar a solas y sentirse muy bien….que creo es el caso tuyo y que vos explicás cuando podés estar a solas….Gracias, seguiré tratando….algún día llegará el momento. Gracias…Besos.