Este instante estoy intentando escuchar mi corazón para saber qué encuentro ahí y entender lo que tantos seres, iluminados y no iluminados, desean transmitir cuando dicen: «sigue los dictados de tu corazón». Necesito pausar, cerrar los ojos, mirar adentro y revisar qué es este centro del corazón y por qué es tan importante en el sendero espiritual. Respiro profundo (escribo mis impresiones con ojos cerrados), me enfoco en el corazón y cuando, realmente, ingreso ahí después de notar el movimiento de la respiración en el pecho y sentir el latido del órgano, me encuentro con un gran silencio, un vacío que no está vacío. Es como una presencia libre. Si realmente callo los pensamientos, el silencio abarca toda la atención fijada en el pecho. Ahora, pido ayuda a la divinidad para comprender este tema y, en medio de este gran silencio, llega la respuesta a través del ladrido de mi perro que me hizo dar un brinco del susto. Abro los ojos, miro alrededor, le pido a mi perro que se calle y vaya, sigo sin entender, mi perro habla un idioma que solo puedo especular y frente al cual no encuentro la certeza en el raciocinio. Cierro nuevamente los ojos, vuelvo al corazón, observo. Intento encontrar los dictados del corazón y solo encuentro silencio, un vacío que se mantiene mientras respiro. Este silencio me da mucha calma y no encuentro algo que seguir. Sigo sin entender… ¿qué alberga el corazón? ¿A qué realmente nos referimos cuando decimos que debemos seguir los dictados del corazón? Parece que tengo que ir más allá del proceso racional de entendimiento si quiero una respuesta con algún sentido. Expando mi atención más allá del cuerpo, pregunto si se trata de seguir los impulsos y, con la visión expandida, veo al impulso como un niño malcriado que quiere salirse con la suya. ¿Es esto parte del corazón? Sí, pero es parte de un nivel superficial. Hay algo más profundo y más grande que no responde al impulso, al menos al impulso inconsciente. Lo que noto, en mi caso y este momento, es que responde a una sabiduría que está alineada con lo trascendente. Su idioma es la vibración sutil que se comunica, por medio de la resonancia, con las diferentes capaz del corazón. Parecería que son mundos paralelos que viven realidades muy diferentes. Cada nivel tiene su dosis de verdad que florece de la esencia pura que yace en el nivel más profundo de esta analogía del corazón. Llegar al origen de este corazón se logra si se sigue, como en Hansel y Grettel, el camino con los pedacitos de alimento (fueron piedras, realmente) que fueron dejados para poder regresar a casa. Esos pedacitos son los latidos que se hacen presentes en cada nivel del corazón, pero no son más que pedacitos del pan que sacaron de casa y sirven como directrices, pero no son la fuente, no son la casa. Entendiendo desde esta perspectiva se puede decir que seguir los latidos del corazón es lo mismo que seguir las señales que encontramos en el camino y que nos llevan, por el mejor sendero, hasta llegar a casa, o sea, a lo que somos en esencia. Cada pedacito de pan es una semilla que se gesto en la casa y, por ende, si bien no es la casa, contiene la vibración de ella y su esencia en miniatura.
Ahora, en el camino podemos tener muchas distracciones que nos hacen creer que seguimos los dictados del corazón pero que no resuenan con la vibración de esos pedacitos de pan que marcan el camino a casa. Y, realmente, eso es lo que pasa a la mayoría porque es muy fácil para nosotros distraernos. La mayor parte del tiempo las distracciones son tan fuertes que nuestra atención se pierde en todo lo que nos rodea y perdemos de vista a esa diminuta señal que, generalmente, sobresale por su color resplandeciente pero que al ser tan pequeña, se pierde fácilmente con la distracción. Espero haber logrado un punto sobre este tema. Seguir lo que sucede, en la superficie del corazón, es lo más fácil; está a alcance y a la vista de todos. No nos la iban a poner tan fácil, ¿verdad? Descubrir la llave para regresar a casa es un gran reto porque implica ir adentrándonos en los niveles del corazón y, mientras más nos adentramos, más vamos despertando de la ilusión que se vive en esos niveles superficiales. Voy a compartir una historia tal y como se grabó en mí cuando la escuché por primera vez. No recuerdo su origen pero el mensaje es claro. Esta historia dice que cuando Dios-a creó el mundo, todos gozaban de ir y venir del Reino y, que así, Dios-a no podía ver qué sucedía con los humanos si se quedaban por si solos. Así que, sin saber qué hacer para que no regresen al Reino, convocó, a los dioses menores a una reunión para dialogar sobre qué hacer con la llave del Reino. Uno de estos dioses menores sugirió que lo mejor sería esconder esta llave y a Dios-a le pareció excelente idea. Pero, ¿dónde la podrían esconder? Un dioses menor dijo: «escóndela en la montaña más alta de los Himalayas ya que el ser humano no podrá llegar ahí». Dios-a cerró los ojos, se concentró en el no tiempo y vio a Iván Vallejo coronando estas montañas y, entonces, dijo: «No, los humanos llegarán allá, ¿dónde más podemos esconderla?» Entonces, uno de ellos dijo: «escóndela en las profundidades del mar, seguro que ahí no podrán llegar». Entonces, Dios-a se volvió a concentrar en el no tiempo y vio a Jacques Cousteau investigando todos los mares y dijo: «No, esa tampoco es una buena opción. ¿Qué hacemos? Entonces, uno de los dioses dijo: «pon la llave en la Luna, si en la Tierra la pueden encontrar, seguro que en la Luna no». Entonces, Dios-a volvió a su concentración y vio a Neil Armstrong dando su primer paso en la Luna y dijo: «No, imposible, estos humanos sí que no se quedan quietos y son muy curiosos, seguirán llegando a todas partes. Mejor voy a meditar un rato para ver cuál es la mejor opción para esconder las llaves del Reino». Así Dios-a fue a su meditación y, al poco tiempo, regreso con una sonrisa. Los otros dioses al ver su sonrisa supieron que llegaba con una gran opción y no podían esperar a escuchar lo que había descubierto. En eso Dios-a les reunió y les dijo: «He encontrado el lugar más valioso, preciso y perfecto, uno en que los humanos no buscarán». Los otros dioses abrieron sus ojos de curiosidad esperando la respuesta y, ansiosamente, preguntaron: «¿dónde, dónde vas a esconder las llaves del Reino?» Y Dios-a contestó: «En su interior pues ahí sí que no buscarán fácilmente». Y, desde ahí, Dios-a se está divirtiendo viendo todo lo que hacemos por regresar a casa sin buscar en el lugar preciso.
Y es que tener la claridad suficiente sobre lo que somos no se logra con facilidad. Mirar adentro y, realmente, seguir los dictados del corazón puede ser algo muy sencillo tanto como algo muy complicado. En la medida en que no haya claridad somos, más bien, títeres de nuestra mente, de nuestras emociones, de nuestro cuerpo. Lograr la claridad implica realizar un proceso de discernimiento, de despertar los sentidos intuitivos, de aprender a leer y entender las vibraciones sutiles, implica ver más allá de las apariencias, ver la esencia de las cosas como tal. Entonces, ahí sí puedo entender lo que creo entender con la idea de seguir los dictados del corazón. Básicamente, se refiere a seguir la guía del alma que está más alineada con la fuente espiritual de donde surgimos. El reto es lograr el discernimiento y no quedarnos en los impulsos de la superficie. Cuando se inicia en el camino espiritual, es muy fácil confundir el impulso del deseo con la voluntad del corazón espiritual. Digamos que el impulso es manejado por las necesidades del ego y nos puede llevar por un camino equivocado. En cambio la intuición está estimulada por la sabiduría del alma. Y, ¿cómo sé si es lo uno o es lo otro? Pues, la única manera de saberlo es realizando el proceso de discernimiento a través de la observación, pero una observación desprendida de prejuicios y creencias, una observación neutral, imparcial, que sea capaz de observar las cosas como son. ¿Es esto posible? Sí, la práctica de la meditación lo permite. Por ejemplo, ¿cómo puedo entender el lenguaje de mi perro si es tan diferente al mío? Observando sus reacciones y su comportamiento, reconociendo su naturaleza. Cuando hace repetidamente algo, voy entendiendo lo que le mueve e impulsa a reaccionar. Realizo asociaciones y, de pronto, hago un clic de entendimiento. Igual es el proceso de discernimiento interno. Lo más complicado de este proceso es lograr despertar al observador neutral pues se despierta cuando encontramos las asociaciones precisas para abrir la mente. Luego, con una mente abierta, el observador interior tiene un amplio espectro y es libre. De ahí, el trabajo es mucho más sutil, es como esculpir los detalles más pequeños de una escultura con una atención totalmente presente en los pequeños detalles, en las vibraciones más sutiles que contienen el verdadero fondo de las cosas.
Cuando el corazón cae en el sentimiento, definitivamente, se pone un velo encima. Claro ejemplo de eso es el proceso de enamoramiento, que no es más que una proyección dada por un intercambio químico entre dos seres que se sintonizan, en una frecuencia determinada, y que no reconocen la proyección debido al estado de embobamiento que padecen. Esta atracción es necesaria para juntar a las personas para que trabajen en aspectos de su ser que pueden ser tomados como una oportunidad para despertar o no. En este punto gobierna el impulso del corazón más que el dictado del corazón. Aunque también puede suceder que el impulso del corazón esté estimulado por un dictado del corazón. Eso sucede cuando reconocemos a una persona y sabemos de qué se trata su relación esencial con nosotros. Todo es resonancia. Todo es vibración. Entonces, mientras hacemos ese proceso de discernimiento, es importante el cuestionamiento, es importante que no creamos todo lo que pensamos o lo que sentimos porque los trucos de la ilusión funcionan a través de estos filtros. Podemos llegar a las cosas de fondo cuando estemos en silencio, en el estado de luz natural que brilla desde nuestro núcleo. Podemos reconocerlo cuando estemos ahí y puede hacerse más evidente conforme desarrollemos la relación con esa parte de nosotros. Así que sigue los dictados de tu corazón, sin distracción. Los pedacitos de pan están frente a ti, bajo tu nariz. Así de cerca están las pistas que nos llevarán de regreso a casa.
Incluyo un dibujo, en mi terriblemente elemental nivel y capacidad para dibujar, pero que espero pueda proyectar la idea que sostuve durante esta contemplación. Los puntos amarillos son los pedacitos de «pan» (luz) en el camino.
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Realmente me ayudó este tema, estoy mal, tengo 19 y como no sé qué es lo que realmente quiero para mi, me es muy dificil motivarme a continuar mis estudios, ¿Será realmente lo que dicta mi corazón?, o sólo me hice creer que es la única opción que sea acopla a mí?, los fracasos que he tenido últimamente me hacen dudar del «camino» que elegí. 🙁
Que hermosas palabras, gracias por ayudarnos a ver que somos uno y que todos vivimos experiencias que nutren a los demás, que nos nutren a nosotros que nos nutren a todo el universo.
Me gustò mucho el mensaje y me ayuda particularmente al momento de incertidumbre y angustia que estoy pasando. Creo que muchas personas se estàn volviendo al corazòn porque la realidad externa no satisface su ser. Gracias Goy por brindarnos esta sabiduria.
Gracias a ti por tu comentario. Es siempre grato saber que este aporte ayuda a otras personas. Un abrazo 🙂
Que conceptos tan didacticos has dibujado, que dificil es seguir este camino y no encontrarse con las distracciones es un camino diario que realmente lo estoy recorriendo a conciencia para no distraerme con estas lecturas aprendo, gracias por ayudarme a enfocarme en lo importante.
saludos
Se requiere de mucho valor, sinceridad con uno mismo y gran determinación para seguir los dictados del corazón. La sabiduría del corazón dista mucho de los conceptos de «éxito y felicidad», que éste mundo y sociedad nos inculca e impone a diario.
Seguir el corazón implica una renuncia y un desapego a todos los valores y creencias del mundo exterior, y de la sociedad donde estamos inmersos. Tenemos que «casarnos» con nuestra verdad y libertad interiores, siendo ésta, muchas veces, diametralmente opuesta a los estándares del mundo y las expectativas del colectivo.
Un camino de valientes
un camino solitario pero, que a la larga, nos reúne con aquellos que vibran en sintonía con nuestro mas puro interior.
Saludos
Wow Mariano, que hermoso mensaje, realmente me llego al corazón…!
la relidad de escuchar al corazon es mas bien de que el ser humano dirige sus pensamientos, situaciones,ilusiones del momento y se deja lllevar por el momento de la situacion sin reflexionar los pros y los contra, de una manera fija y hasta posesiva y no vemos mas alla de nuestros narices, es ahi donde debemos escuchar no al corazon sino anuestro yo interno, espiritual . deduzco que somos mas cuerpo que materia. NOS EQUIVOCAMOS al tomar deciciones correctas y verdaderas mas tarde nos lamentamos. Entonces es guiarnos siempre por nuestro sexto sentido y masticarlo poco a poco para terminar con exito lo iniciado.
Hermoso mensaje!!!!.. Y sí, escuchar a nuestro corazón nos permite llegar a los más hermosos lugares de nuestro interior.. dónde tenemos TODO.. solo que a algunos les cuesta mirar hacia adentro y pasan la vida persiguiendo felicidades que no encuentran en las calles…la felicidad se creea…Besitos!!
TARDE MUCHO TIEMPO EN APRENDER A ESCUCHAR MI CORAZON ,A PESAR DE QUE CADA PEDACITO DE PAN BRILLABA COMO ORO.. , HOY LO SIENTO TAN FUERTE COMO SI UN ANGEL ME ESTUBIERA HABLANDO AL OIDO, Y SOLO SU VOZ SE ESCUCHARA SIN OTRO SONIDO QUE PERTURVE SU MENSAJE, HAY DIAS QUE LA TERQUEDAD DE MI CARACTER , MIS IDEAS Y CONVICCIONES NO ME PERMITEN SEGUIRLO, PERO EL TIEMPO LE DA LA RAZON AL CORAZON , PORQUE ES SABIO Y PODEROZO.HAY MUCHA GENTE QUE AMO Y VEO QUE ESTA DISTRAIDOS EN LA VIDA , COMO DECEARIA QUE PUEDAN VER SU CORAZON
Hermosa reflexion !!! hermosa y te deja pensando mucho sobre todo a mi !!!
namaste,mil gracias por tan bella idea de corazon
la verdad yo había meditado sobre el camino del corazón, cuando el mundo te grita…sigue a tu corazón simplemente se refieren a que cuando literal escuches los latidos de tu propio corazón, podrás tener la cabeza suficientemente clara para poder escuchar tu cabeza y no la ilusión que tenemos en la cabeza normalmente, es la meditación el camino del corazón.
Hermosa reflexión y gran enseñanza,que pena que la juventud no se interese en esta realidad tan grande, y busque llenar todo el vacío que deja el ignorar esta verdad, con cosas tan superficiales, y con el estilo de vida q llevan…..que falta les hace darse cuenta de esto.
Goy. Sigue mandando estos mensajes,aunque sean pocos los que se interesen,….que quede la satisfacción de que hayan un poco menos de ignorantes
Un abrazo
Lorena